Návitas es una palabra en latín que significa energía, impulso, diligencia...​ En el mundo actual hay mucha energía, aprender a cultivarla y canalizarla hacia el bien propio y ajeno es fundamental para conseguir nuestro equilibrio y vivir felices, sintiendo espacio y calma interior. La sociedad, sobretodo aquí en occidente, se encuentra a menudo aprisa, sumergida en la competitividad y es fácil identificarse y caer en partes más rígidas y racionales, lo que puede generar en cada uno de nosotros una desconexión con nuestro interior y con los demás. Por eso, es necesario recordar de nuevo, cómo reconectar con la energía vital, con el impulso creativo y la inocencia, con la diligencia de la entrega y compromiso hacia la vida. 

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Otro de sus significados es la diligencia en asistir, en ayudar, en acompañar; acepciones que nos recuerdan a la raíz griega de la palabra terapia (therapeuein), no tanto en su vertiente de método curativo sino más bien en la labor del terapeuta como acompañante, como asistente, como bastón en el proceso de autodescubrimiento de uno mismo, que es lo que realmente sana nuestra mente y libera nuestro corazón y nuestra alma. 

 

El mayor método curativo es el autodescubrimiento y el contacto con el flujo vital de uno mismo, y este es posible, al menos al principio, gracias a la ayuda, al acompañamiento consciente, y a la labor de espejo del terapeuta que nos guía y nos proporciona las herramientas necesarias para liberar nuestros aspectos limitantes hacia el contacto real con la vida. En ese contacto real está la paz, el equilibrio y la alegría de vivir, y ese contacto es accesible para todos. Todos tenemos la capacidad de cultivar esos estados elevados de consciencia que nos conectan con la naturaleza, el amor, la frescura, el momento presente y nos devuelven a la verdadera vida.